Es difícil hablarles en estas edades de la competición. Sobre todo, que se diviertan, que lo pasen bien y que aprendan.
Vienen con muchas ganas y con mucha energía.
Con muchísima energía, en el sentido que lo quieren hacer todo, todo, todo, todo lo que pueden, pero tienen que ir poco a poco.
Ponen ganas a la hora de atender para aprender. Sí que son receptivos.
Tengo dieciséis niños, son unos cuantos pero todos muy bien y vienen siempre todos.
Preparo los entrenamientos conforme vamos avanzando.
No suelen faltar nunca y eso me permite poder seguir avanzando con ellos.
No tengo que cambiar los entrenamientos.